sábado, 14 de noviembre de 2020

geografia 10 a b noviembre

 

“Las escuelas son talleres de humanidad, laborando para que los hombres sean verdaderamente hombres”  J. Comenio

 

GUÍA DE APRENDIZAJE Y TRABAJO AUTONOMO N° 02

NÚMERO DE HORAS  08

FECHA: Desde 6 de noviembre hasta 4 de diciembre

ASIGNATURA: geografia

Unidad 2: nuestro planeta un espacio de interacciones

Temas:

Desarrollo economico

 

DOCENTE: JUAN ESTEBVAN GAÑAN ROMAN 

LOGROS ESPERADOS:

Clasifico, comparo e interpreto la información

obtenida en las diversas fuentes.

· Utilizo herramientas de las diferentes

disciplinas de las ciencias sociales para

analizar la información.

· Saco conclusiones.

 

CONTACTO:

10ª: historia10a2020@gmail.com

10b: historia10b2020@gmail.com

PERIODO: 4

CRITERIOS DE EVALUACIÓN:

Avance investigativo

 

GRADO:  10ª 10 b

 

Reciban todos un cordial saludo, la presente guía tiene como fin, avanzar conceptualmente sobre los contenidos temáticos de las clases correspondientes a las 3 semanas restantes de noviembre y la primera semana del mes de diciembre. En ese orden de ideas, encontraran a continuación las clases numeradas del 1 al 4, pues nuestra intensidad horaria es de una hora  por semana, además podrán encontrar las actividades en un tamaño de letra superior al resto del texto.

 

La anterior guía nos permitió comprender un poco el concepto de desarrollo económico. Para estas sesiones, loes presentare dos textos de la revista dinero, que nos muestran un panorama de la situación actual tanto en Colombia como en américa latina.

 

Clase 1 y 2

Actividad 1

Realiza la lectura, amplia la información y presenta una síntesis de dos paginas

 

 

Para luchar contra la pobreza se requiere cambiar la política

La covid-19 en Colombia puso en evidencia un Estado débil, que ha permitido una concentración exagerada de la riqueza y que, al mismo tiempo, gestiona paliativos para los más pobres, a través de subsidios paupérrimos que aumentan la brecha entre ricos y pobres.

La pandemia de la covid-19 reveló las condiciones de vida en las que subsisten la mayoría de las familias de Colombia como resultado de una economía informal, cercana al cincuenta por ciento, y con baja protección social; también puso en evidencia un Estado débil, que ha permitido una concentración exagerada de la riqueza y que, al mismo tiempo, gestiona paliativos para los más pobres, a través de subsidios paupérrimos, cuyo resultado es un aumento exagerado de las diferencias entre ricos y pobres.

Además de los problemas con la distribución de la riqueza, la inequidad se acentuó, porque la nuevas marcas de la pobreza señalan que más de cuatro millones de niños y adolescentes, de la educación básica y media, no gozan del derecho a la educación, al tener que asistir a escuelas públicas mal construidas y peor dotadas, sin computadores y sin conexión a internet; tampoco los muchachos de los colegios públicos cuentan con estos bienes en sus casas, hoy imprescindibles para acceder a la información básica que permite el aprendizaje y el desarrollo del conocimiento.

Sin embargo, durante los últimos veinte años, la ideología neoliberal de la extrema derecha ha logrado que parezca normal que los gobiernos propongan acciones para fortalecer la concentración del ingreso, a partir de una especial protección a los ricos, que se evidencia en obligar a los Estados a bajar impuestos o a crear exenciones tributarias, tarifas diferenciales, descuentos y un sinnúmero de beneficios tributarios que, en el caso de Colombia, le generan a los recursos de la nación una pérdida cercana a los ochenta billones de pesos anuales (INCP, 2019).

El cuento neoliberal es muy sencillo: entre menos intervención del Estado en la economía, mejor. En este sentido, si bajamos impuestos a los propietarios de las empresas y del capital, ellos estarán dispuestos a invertir y a consumir más, lo que sería igual a más crecimiento económico, más empleo y más riqueza social.

El cuento es bueno, pero agreguemos a este otra de sus tesis: es mejor que la plata esté en manos del sector privado —sostienen quienes así piensan—, porque la relación costo/beneficio es mayor gracias a la racionalidad y competitividad del capitalismo. ¡Qué tal que esa platica la administrara el Estado (ineficiencia, corrupción, burocracia, sindicatos, paros y otros)! Conclusión: Estado, baje o no cobre impuestos, usted es mal administrador, afecta la demanda y la economía no crece.

Como diría el profesor Luis Jorge Garay, con este credo están dadas todas las condiciones para subordinar lo público a los intereses privados, que es lo que ocurre cada vez que hay reformas tributarias o de cualquier otro tipo, de manera especial en países con gobiernos más proclives a los ricos.

Piketty, a nivel internacional, y Luis Jorge Garay, en Colombia, han llamado la atención sobre la necesidad de conocer y saber cómo funcionan quienes logran concentrar la riqueza: por ejemplo, en discriminar no en el 10% de los más ricos, sino en observar qué pasa con el 1% más rico o con el 2% más rico. Es importante saber, entre otras cosas, ¿cuál es su participación en el ingreso y la riqueza total del país? ¿Cuántos impuestos pagan? ¿De dónde proceden sus ingresos (laborales, ganancias u otros)? ¿Qué tipo de ventajas les dan las exenciones tributarias? Y no es porque ellos sean ilegales, sino porque con su extraordinaria riqueza pueden estar horadando los cimientos de una sociedad más democrática, más justa y con mejores derechos humanos, que son principios básicos para que el capitalismo funcione. La sociedad tiene que preguntarse por qué la tarifa efectiva de impuestos que pagan las empresas es del 1,9%, mientras que la tarifa nominal es del 31,4%, como sostiene Garay. 

En cambio, por el lado de los pobres, la evidencia señala que esta discusión sí es muy importante. Gran pregunta: ¿cómo determinar la distribución de los recursos del Estado a los más pobres? En este tema existen especialistas, asesores, consejeros, dependencias de los gobiernos nacionales y territoriales. Cada uno tiene la fórmula, no para acabar la pobreza, sino para atenuarla y hacer que la sociedad funcione, a pesar del número de pobres, de la inequidad y de la desesperanza con la que viven millones de personas.

En pleno proceso de fortalecimiento de la ideología neoliberal, en el mundo y en Colombia, llegó la actual crisis, producida por los efectos de la covid-19. Los pobres no tienen cómo vivir. Los ricos han logrado concentrar el ingreso y la riqueza, mientras un porcentaje de la población, cercana al cincuenta por ciento, no cuenta con sistemas de protección social. Estos dos extremos subsisten sin mayores problemas. Entre otras cosas porque, en el interior de la sociedad, aún se vende el sueño de mejorar la calidad de vida, la meritocracia para ascender y el progreso tecnológico para ser más iguales.

Oxfam sostiene que “en América Latina y el Caribe, el 20% de la población concentra el 83% de la riqueza. El número de milmillonarios en la región ha pasado de 27 a 104 desde el año 2000. En grave contraste, la pobreza extrema está aumentando. En 2019, 66 millones de personas, es decir, un 10,7% de la población vivía en extrema pobreza, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)”. En EE. UU., el uno por ciento de los hogares supera la riqueza combinada del ochenta por ciento.

En la historia de la humanidad, las crisis han originado grandes reformas para proteger los derechos sociales y para el fortalecimiento del Estado, para lograr los necesarios equilibrios entre un "sálvese quien pueda y como pueda", frente a la necesidad de intervenir para garantizar bienestar y desarrollo humano integral a las personas, y, aunque algunos sectores neoliberales no lo reconocen, también, equilibrio macroeconómico, estabilidad y crecimiento. En este sentido, apoyo e invito a reflexionar sobre las bondades del Proyecto de Ley de Renta Básica de Emergencia, que el senador Iván Marulanda y otros han presentado al Congreso de la República. Esta puede ser una oportunidad para cambiar la lucha contra la pobreza.

Fuente: ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ | 2020/06/01 10:44 revista dinero

 

clase 3 y 4

 

Actividad 1

Realiza la lectura, amplia la información y presenta una síntesis de dos paginas

 

Unos 77 millones de latinoamericanos sin acceso a internet en zonas rurales

Al menos 77 millones de personas que viven en territorios rurales de América Latina y el Caribe carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad, reveló una investigación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el BID y Microsoft.

Un 71% de la población urbana de América Latina y el Caribe cuenta con opciones de conectividad, ante menos de un 37% en la ruralidad, una brecha de 34 puntos porcentuales que mina un inmenso potencial social, económico y productivo.

Así lo concluyó la investigación Conectividad Rural en América Latina y el Caribe: Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia, que se enfoca en 24 países de la región.

En total, un 32% de la población de América Latina y el Caribe, o 244 millones de personas, no accede a servicios de internet.

La brecha en materia de conectividad es más acentuada si se distingue entre población urbana y rural, llegando en algunos casos a una diferencia de 40 puntos porcentuales. Del total de personas sin acceso a internet en la región, 46 millones viven en territorios rurales.

Por su parte, solo el 50% de los países de la región cuenta con mediciones específicas sobre conectividad en el ámbito rural.

“La falta de conectividad no solo impone una barrera tecnológica. Constituye también una barrera en el acceso a la salud, a la educación, a servicios sociales, al trabajo y a la economía en general. Si no la cerramos, esa barrera cada vez será más alta y tornará aún más desigual a la región que ya es la más desigual del mundo”, dijo el gerente del Área Social del BID, Marcelo Cabrol.

Según datos citados en la investigación, un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha fija produce un incremento del 0,08% del PIB, mientras que un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha móvil produce un incremento del 0,15% del PIB.

Además, en relación con procesos de digitalización, se estima que un aumento del 1% en el índice de desarrollo del ecosistema digital da lugar a una expansión del 0,13% del PIB per cápita, con sus consecuentes impactos positivos en la productividad.

“Es especialmente importante subrayar el impacto positivo y de gran magnitud social y productiva que tendría una conectividad plena en las áreas rurales”, señaló el director de Educación de Microsoft Latinoamérica, Luciano Braverman.

El mundo celebra este jueves el Día Internacional de Internet, que conmemora los 51 años desde que se realizó la primera prueba de conexión con éxito de Arpanet en Stanford (EE. UU.), según ha informado Europa Press.

 

 

 

 

 

 

 

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