miércoles, 5 de agosto de 2020

historia 10° 1-23 de agosto

MUCHACHOS NO SEAN “LELOS”, DISFRUTEN CADA MOMENTO EN EL QUE PUEDAN ADQUIRIR CONOCIMIENTO

 

GUÍA DE APRENDIZAJE Y TRABAJO AUTONOMO N° 02

NÚMERO DE HORAS  04

FECHA: Desde 3 de agosto hasta 23 de agosto

ASIGNATURA: historia

GRADO:  decimo

PERIODO: 3

 

Unidad 2: periodo entreguerras

Temas:

La libertad

 

DOCENTE: JUAN ESTEBAN GAÑAN ROMAN 

LOGROS ESPERADOS:

Identifico factores de riesgo en estados cuya democracia como sistema de gobierno es débil.

 

CONTACTO: profeganan@gmail.com

profeganan.blogspot.com

 

Reciban todos un cordial saludo, la presente guía tiene como fin, avanzar conceptualmente sobre los contenidos temáticos de las clases correspondientes al mes de julio, en ese orden de ideas, encontraran a continuación las clases numeradas del 1 al 4, pues nuestra intensidad horaria, lastimosamente es de una hora por semana.

 

Muy bien, lo que hicimos en las guías anteriores fue una contextualización del tiempo de la primera posguerra mundial. Ahora, vamos al centro del paradigma, vamos a hablar de un concepto que tocamos el año pasado: “la libertad”.

 

 

 

Clase 1 y 2

 

Seguramente ya lo olvidaron, aunque si corremos con suerte, lo puedan recordar. El año pasado, tras comprender el origen del mercantilismo, dijimos que los Siervos que quedaron sin rey o señor feudal, reclamaron a su favor tres garantías, a las que llamaron LIBERTAD. Esas garantías consistían en trabajar en lo que ellos quisieran, en poder comprar propiedades siempre y cuando se tuvieran los recursos económicos, y no tener obligaciones religiosas de ninguna índole. Pensando en ese concepto de libertad, se llevó a cabo por ejemplo siglos más tarde LA REVOLUCION FRANCESA y la INDEPENDENCIA DE EEUU.

En estas dos sesiones, retomaremos ese concepto y lo pondremos a flotar en la dimensión económica, política y social.

A continuación, observaremos un fragmento del libro “ética para amador” del Español Fernando Savater, posterior a la lectura llevaremos a cabo ciertas reflexiones

En su medio natural cada animal parece saber perfectamente lo que es bueno y lo que es malo para él si discusiones ni dudas. No hay animales malos ni buenos en la naturaleza, aunque quizá la mosca considere mala a la araña que tiende su trampa y se la come. Pero es que 1a araña no lo puede remediar...

Voy a contarte un caso dramático. Ya conoces a las termitas, esas hormigas blancas que en África levantan impresionantes hormigueros de varios metros de alto y duros como la piedra. Dado que el cuerpo de las termitas es blando, por carecer de la coraza quitinosa que protege a otros insectos, el hormiguero les sirve de caparazón colectivo contra ciertas hormigas enemigas, mejor armadas que ellas. Pero a veces uno de esos hormigueros se derrumba, por culpa de una riada o de un elefante (a los elefantes les gusta rascarse los flancos contra los termiteros, qué le vamos a hacer). En seguida, las termitas-obrero se ponen a trabajar para reconstruir su dañada fortaleza, a toda prisa. Y las grandes hormigas enemigas se lanzan al asalto. Las termitas-soldado salen a defender a su tribu e intentan detener a las enemigas. Como ni por tamaño ni por armamento pueden competir con ellas, se cuelgan de las asaltantes intentando frenar todo lo posible su marcha, mientras las feroces mandíbulas de sus asaltantes las van despedazando. Las obreras trabajan con toda celeridad y se ocupan de cerrar otra vez el termitero derruido... pero lo cierran dejando fuera a las pobres y heroicas termitas-soldado, que sacrifican sus vidas por la seguridad de las demás. ¿No merecen acaso una medalla, por lo menos? ¿No es justo decir que son valientes?

 Cambio de escenario, pero no de tema. En la Ilíada, Homero cuenta la historia de Héctor, el mejor guerrero de Troya, que espera a pie firme fuera de las murallas de su ciudad a Aquiles, el enfurecido campeón de los aqueos, aun sabiendo que éste es más fuerte que él y que probablemente va a matarle. Lo hace por cumplir su deber, que consiste en defender a su familia y a sus conciudadanos del terrible asaltante. Nadie duda de que Héctor es un héroe, un auténtico valiente. Pero ¿es Héctor heroico y valiente del mismo modo que las termitas-soldado, cuya gesta millones de veces repetida ningún Homero se ha molestado en contar? ¿No hace Héctor, a fin de cuentas, lo mismo que cualquiera de las termitas anónimas? ¿Por qué nos parece su valor más auténtico y más difícil que el de los insectos? ¿Cuál es la diferencia entre un caso y otro?

Sencillamente, la diferencia estriba en que las termitas-soldado luchan y mueren porque tienen que hacerlo, sin poderlo remediar (como la araña que se come a la mosca). Héctor, en cambio, sale a enfrentarse con Aquiles porque quiere. Las termitas-soldado no pueden desertar, ni rebelarse, ni remolonear para que otras vayan en su lugar: están programadas necesariamente por la naturaleza para cumplir su heroica misión. El caso de Héctor es distinto. Podría decir que está enfermo o que no le da la gana enfrentarse a alguien más fuerte que él. Quizá sus conciudadanos le llamasen cobarde y le tuviesen por un caradura o quizá le preguntasen qué otro plan se le ocurre para frenar a Aquiles, pero es indudable que tiene la posibilidad de negarse a ser héroe. Por mucha presión que los demás ejerzan sobre él, siempre podría escaparse de lo que se supone que debe hacer: no está programado para ser héroe, ningún hombre lo está. De ahí que tenga mérito su gesto y que Homero cuente su historia con épica emoción. A diferencia de las termitas, decimos que Héctor es libre y por eso admiramos su valor.

Y así llegamos a la palabra fundamental de todo este embrollo: libertad. Los animales (y no digamos ya los minerales o las plantas) no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer. No se les puede reprochar que lo hagan ni aplaudirles por ello porque no saben comportarse de otro modo. Tal disposición obligatoria les ahorra sin duda muchos quebraderos de cabeza. En cierta medida, desde luego, los hombres también estamos programados por la naturaleza. Estamos hechos para beber agua, no lejía, y a pesar de todas nuestras precauciones debemos morir antes o después. Y de modo menos imperioso pero parecido, nuestro programa cultural es determinante: nuestro pensamiento viene condicionado por el lenguaje que le da forma (un lenguaje que se nos impone desde fuera y que no hemos inventado para nuestro uso personal) y somos educados en ciertas tradiciones, hábitos, formas de comportamiento, leyendas ... ; en una palabra, que se nos inculcan desde la cunita unas fidelidades y no otras. Todo ello pesa mucho y hace que seamos bastante previsibles. Por ejemplo, Héctor, ese del que acabamos de hablar. Su programación natural hacia que Héctor sintiese necesidad de protección, cobijo y colaboración, beneficios que mejor o peor encontraba en su ciudad de Troya. También era muy natural que considerara con afecto a su mujer Andrómaca -que le proporcionaba compañía placentera- y a su hijito, por el que sentía lazos de apego biológico-Culturalmente, se sentía parte de Troya Y compartía con los troyanos la lengua, las costumbres y las tradiciones. Además, desde pequeño le habían educado para que fuese un buen guerrero al servicio de su ciudad y se le dijo que la cobardía era algo aborrecible, indigno de un hombre. Si traicionaba a los suyos, Héctor sabía que se vería despreciado y que le castigarían de uno u otro modo. De modo que también estaba bastante programado para actuar como lo hizo, ¿no? Y sin embargo...

Sin embargo, Héctor hubiese podido decir: ¡a la porra con todo!

Actividad 1

Para esta actividad, es necesario que lleves tus opiniones y argumentos a un nivel más abstracto. Hablar de “libertad” ha sido uno de los compliques más grandes a los que se ha enfrentado la humanidad, en los últimos siglos. Recuerden por ejemplo las guerras que se llevan a cabo en la persecución de los derechos humanos. Por lo tanto muchachos, ya que vamos a tocar un tema espinoso, es necesario que sus mentes también se pongan espinosas, a fin de darle altura y dignidad académica a esta actividad. Para empezar, no olviden argumentar y exponer las ideas que lo llevan a cada respuesta del siguiente cuestionario. Tómense su tiempo para formular la respuesta.

1.1   expone las ideas que presenta el texto. Enúncialas en orden jerárquico.

1.2   Explica  según el texto, en que consiste la diferencia entre los insectos y los hombres.

1.3   ¿A qué llamas tu “ser libre”?

1.4   ¿Eres libre?

1.5   ¿La libertad se puede medir? ¿es posible expresarla en números?

1.6   ¿Por qué una persona condenada a prisión pierde su libertad?

1.7   ¿Es posible que existan personas más libres que otras?

1.8   Consideras que tu existencia condiciona la libertad de otros? Piensa en algunos ejemplos y no te límites a la dimensión familiar

1.9   En que momentos de tu vida has actuado como las termitas soldado (programado)?

1.10           En qué momento de tu vida has actuado como Héctor?

 

Clase 3

Actividad 2

A continuación les comparto un resumen de un ensayo que me pareció conveniente compartir con ustedes. Al final pueden encontrar el link del ensayo completo, son unas 25 paginitas que fortalecen la discusión que hemos planteado para esta guía.

2.1 lee con atención el texto, comprende lo que el autor quiere trasmitir a sus lectores y resúmelo en un texto no superior a una pagina

2.2 enuncia 5 fragmentos del texto que consideres clave para comprender al autor

2.3 el texto advierte de obstáculos que se presentan frente al concepto de “libertad”, incluso advierte que no reflexionar constantemente sobre la libertad contrae riesgos para la democracia. Identifica cuales son los argumentos del autor y enuméralos

2.4 expresa una opinión argumentada de los siguientes fragmentos

A. Es útil ver a la libertad como una condición social, en la cual las libertades no son maximizadas sino optimizadas.

b. La gente demanda derechos que estamos más acostumbrados viéndolos siendo exigidos por niños. Este tipo de comportamiento que vemos, y que parece ser explicado por una nueva variedad de infantilismo, le resulta familiar a todos.

 

.

Entendemos vagamente que la libertad es una idea desarrollada a partir de las nociones de buen gobierno que fueron identificadas muy claramente por los griegos (que no eran lo que actualmente consideramos como liberales cuando discutían la ciudadanía).  Sabemos de la discusión entre Platón y Aristóteles sobre la justicia en las polis, y cómo ésta se desarrolló lentamente y de manera entrecortada a lo largo del mundo europeo en los siglos posteriores. Probablemente estaríamos de acuerdo en que con la Ilustración Europea esta idea alcanzó un grado de definición que no ha necesitado de muchas mejoras desde entonces. Leemos a nuestros Kant, Spinoza, Leibniz, Locke y Hume (o al menos extractos de sus escritos y glosas sobre ellos ). Estos pensadores, especialmente alemanes e “ingleses”, argumentaban a través de los fundamentos morales de la idea, e imaginaban los tipos de estados y constituciones que mejor la consagrarían. En Francia y Estados Unidos, la idea fue consagrada en constituciones escritas.

La libertad como una condición social

 Es útil ver a la libertad como una condición social, en la cual las libertades no son maximizadas sino optimizadas. De hecho, la sociedad y los individuos disfrutan la libertad debido a que la gente ha acordado reducir sus propias libertades. Esto lo hacemos a una gran escala, como lo hubiera indicado Jeremy Bentham: él pensaba que la idea liberal convencional sobre la libertad era “un absurdo sobre zancos”. No tenemos la libertad de ser vagos (la sociedad insiste en que intentemos ser solventes), y no tenemos la libertad de ser ignorantes (la sociedad ha hecho obligatoria la educación). Podría decirse que la sociedad nos impone una enorme tiranía invisible: El post-modernismo indica que somos culturalizados, nuestras propias imaginaciones son indoctrinadas-. Definitivamente la libertad no es algo que pueda ser maximizado, al menos no por las personas que gozan de ella. Es un bien profundo, pero no es uno que algún individuo pueda buscar aumentarlo infinitamente para sí mismo. En otras palabras, aunque sólo las personas puedan tener la libertad, ésta es intensamente un bien social. Montesquieu escribió que “La libertad es un derecho de hacer cualquier cosa que las leyes permitan: y si un ciudadano pudiera hacer las que prohíben, él ya no sería un poseedor de la libertad, ya que sus conciudadanos tendrían el mismo poder”. Una sociedad podría plausiblemente aspirar a maximizar la cantidad de libertad que disfrutan la totalidad de sus ciudadanos, pero sólo podría buscar optimizar la cantidad de libertad que disfruta cada individuo.

Sin embargo, la libertad no es un juego de suma-cero. No necesitamos ser mercantilistas al respecto. No es como si se tratara de un pastel definido de libertad el cual estamos tratando de distribuir equitativamente dentro de las sociedades. El que yo tenga más libertad no depende de que Usted tenga menos. Las cosas no son exactamente así. No obstante, es cierto que yo tengo libertad únicamente porque otros no están ejerciendo sus libertades. La gente alrededor mío disfruta de la libertad sólo porque yo renuncio a las mías. La “libertad” expresa simultáneamente libertades y restricciones.

Aquí observamos uno de los grandes problemas interesantes de la libertad. Es una idea escurridiza y difícil que a pesar de todo debe ser definida. La gente realiza demandas acaloradas por su derecho a ejercer esta o aquella libertad muy detallada, y otros disputan demandas con la misma pasión. En resumen, se deben realizar adjudicaciones en aquellas situaciones donde la gente no puede ponerse de acuerdo en diferir sobre un derecho vagamente definido a ejercer alguna libertad. La libertad es a la vez un área de operaciones muy vaga y muy precisa. De hecho, debemos ver que la libertad es una palabra de propósitos competitivos.

Pero las democracias representativas modernas —aún cuando es difícil imaginarse un sistema de gobierno más benevolente— son extraordinariamente invasoras. Confieren derechos y los anulan a una gran escala todos los días. Un día uno puede pegarle a su hijo, al otro no; un día uno puede fumar en un restaurante, al siguiente no; un día un feto tiene el derecho a la vida, al otro no; un día se presentan cargos contra uno por ayudar a un familiar anciano a morir, al siguiente no; en un momento dado la madre divorciada es la llamada a controlar el destino de su hijo, luego es el padre ausente el que comparte la patria potestad. Los derechos resultan ser desconcertantemente fluidos. Son arrastrados por nuestras ideas de progreso.

La libertad y la persona moderna

 Las personas modernas tienen acceso inmediato a muchas cosas, y sienten que la sociedad los apoyará cuando presionan por estas demandas. Ellos sienten que la sociedad corregirá cualquier desventaja que la naturaleza les imponga, ya sea estupidez, alguna discapacidad, o simplemente ser inútil por naturaleza. Los sistemas de salud, educación y de asistencia social existen para brindarle a la gente lo  que ellos no podrían facilitarse a sí mismos. Hasta este punto, la gente siente que ellos tienen el derecho a no alcanzar su propio bienestar por ellos mismos. Están en libertad de fallar, y aún así que alguien los cuide. “Este es un país libre” significa que uno es libre de no esforzarse, y que el resto de la sociedad está obligada a ayudar. Eso quiere decir, por supuesto, que yo soy libre de fracasar, pero que Usted no es libre de ignorar mi sufrimiento.

No todos somos liberales

 Algunas sociedades prefieren el orden y otras la libertad. Esto parece suficientemente obvio, pero requiere de cierta inspección. Aún más, el orden viene en formas contradictorias. Puede equipararse con la ausencia de violencia callejera (lo cual puede ser compatible con un Estado que es muy violento con los transgresores). También puede identificarse con normas sociales muy civilizadas (con castigos severos, pero no necesariamente violentos, sobre los que no cumplen las reglas).

 Algunos ejemplos Generalmente se acepta que Singapur es un lugar bastante agradable y moderno. Y está considerablemente libre de violencia. Pero hay un amplio grado de censura formal, y aún más auto-censura por parte de los ciudadanos. Es un lugar ordenado. También podría decirse que uno es mucho más libre en Colombia, donde la vida es más relajada. Pero en ese país hay un nivel de violencia que es socialmente paralizante. Tomando otro ejemplo: en Francia, discutir y disentir es tolerado, incluso apreciado, pero las normas de comportamiento social están bien establecidas y son ampliamente observadas. Los franceses se enorgullecen por su terquedad y autoestima. Aún así, para los extranjeros resultan ser muy encadenados a las normas, más aún con su acogida del poder estatal. En Estados Unidos existe el mismo nivel de disensión que en Francia, pero hay más libertad y una variedad más amplia de normas sociales. Sin embargo, en Francia la gente no es “políticamente correcta” (uno es libre de ser grosero acerca de cualquier tipo de minoría), mientras que en Estados Unidos es recomendable ser muy cuidadoso en la manera en que uno se expresa.

El infantilismo moderno

La gente moderna es exigente y malhumorada es un sentido particular. La característica más peculiar de esto son los malos modales modernos. La gente demanda derechos que estamos más acostumbrados viéndolos siendo exigidos por niños. Este tipo de comportamiento que vemos, y que parece ser explicado por una nueva variedad de infantilismo, le resulta familiar a todos. Es observable en el mal carácter de los conductores, pero también lo vemos en la forma de una nueva impaciencia en muchas otras circunstancias, de los supermercados a las oficinas. Predomina en los trenes y en los cines, cuando vemos a adultos comportándose igual de mal que los niños. Parecen estar en menor capacidad que generaciones anteriores de controlar sus impulsos o su egoísmo. Esperan una recompensa inmediata para sus antojos. Al igual que los niños, buscamos culpar a otros por las circunstancias que podrían ser responsabilidad nuestra, o de nadie más.

Link

https://fnst.org/sites/default/files/uploads/2017/09/06/textolibertadnorth.pdf

 

Clase 4

 

Actividad 3.

Vamos a reflexionar

A continuación te presento una serie de imágenes, frente a las cuales deberás dar una opinión, la que se te venga a la cabeza. Recuerda que estamos conceptualizando, la LIBERTAD

 

                                        

                                              


                               

 

 


2 comentarios: