MUCHACHOS NO SEAN “LELOS”, DISFRUTEN
CADA MOMENTO EN EL QUE PUEDAN ADQUIRIR CONOCIMIENTO
GUÍA DE APRENDIZAJE Y TRABAJO AUTONOMO N° 02 |
NÚMERO DE HORAS 04 |
FECHA: Desde 3 de
agosto hasta 23 de agosto |
ASIGNATURA: historia GRADO: decimo PERIODO: 3 |
Unidad 2: periodo
entreguerras Temas: La libertad |
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DOCENTE: JUAN ESTEBAN GAÑAN ROMAN
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LOGROS ESPERADOS: Identifico factores de riesgo en estados cuya democracia como sistema
de gobierno es débil. |
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CONTACTO: profeganan@gmail.com |
Reciban todos un cordial saludo, la presente guía tiene como fin,
avanzar conceptualmente sobre los contenidos temáticos de las clases
correspondientes al mes de julio, en ese orden de ideas, encontraran a
continuación las clases numeradas del 1 al 4, pues nuestra intensidad horaria,
lastimosamente es de una hora por semana.
Muy bien, lo que hicimos en las guías anteriores fue una
contextualización del tiempo de la primera posguerra mundial. Ahora, vamos al
centro del paradigma, vamos a hablar de un concepto que tocamos el año pasado: “la
libertad”.
Clase 1 y 2
Seguramente ya lo olvidaron, aunque si corremos con suerte,
lo puedan recordar. El año pasado, tras comprender el origen del mercantilismo,
dijimos que los Siervos que quedaron sin rey o señor feudal, reclamaron a su
favor tres garantías, a las que llamaron LIBERTAD. Esas garantías consistían en
trabajar en lo que ellos quisieran, en poder comprar propiedades siempre y
cuando se tuvieran los recursos económicos, y no tener obligaciones religiosas
de ninguna índole. Pensando en ese concepto de libertad, se llevó a cabo por
ejemplo siglos más tarde LA REVOLUCION FRANCESA y la INDEPENDENCIA DE EEUU.
En estas dos sesiones, retomaremos ese concepto y lo
pondremos a flotar en la dimensión económica, política y social.
A continuación, observaremos un fragmento del libro “ética
para amador” del Español Fernando Savater, posterior a la lectura llevaremos a
cabo ciertas reflexiones
En su medio natural cada
animal parece saber perfectamente lo que es bueno y lo que es malo para él si
discusiones ni dudas. No hay animales malos ni buenos en la naturaleza, aunque
quizá la mosca considere mala a la araña que tiende su trampa y se la come.
Pero es que 1a araña no lo puede remediar...
Voy a contarte un caso
dramático. Ya conoces a las termitas, esas hormigas blancas que en África
levantan impresionantes hormigueros de varios metros de alto y duros como la
piedra. Dado que el cuerpo de las termitas es blando, por carecer de la coraza
quitinosa que protege a otros insectos, el hormiguero les sirve de caparazón
colectivo contra ciertas hormigas enemigas, mejor armadas que ellas. Pero a
veces uno de esos hormigueros se derrumba, por culpa de una riada o de un
elefante (a los elefantes les gusta rascarse los flancos contra los termiteros,
qué le vamos a hacer). En seguida, las termitas-obrero se ponen a trabajar para
reconstruir su dañada fortaleza, a toda prisa. Y las grandes hormigas enemigas
se lanzan al asalto. Las termitas-soldado salen a defender a su tribu e
intentan detener a las enemigas. Como ni por tamaño ni por armamento pueden
competir con ellas, se cuelgan de las asaltantes intentando frenar todo lo
posible su marcha, mientras las feroces mandíbulas de sus asaltantes las van despedazando.
Las obreras trabajan con toda celeridad y se ocupan de cerrar otra vez el
termitero derruido... pero lo cierran dejando fuera a las pobres y heroicas
termitas-soldado, que sacrifican sus vidas por la seguridad de las demás. ¿No
merecen acaso una medalla, por lo menos? ¿No es justo decir que son valientes?
Cambio de escenario, pero no de tema. En la
Ilíada, Homero cuenta la historia de Héctor, el mejor guerrero de Troya, que
espera a pie firme fuera de las murallas de su ciudad a Aquiles, el enfurecido
campeón de los aqueos, aun sabiendo que éste es más fuerte que él y que
probablemente va a matarle. Lo hace por cumplir su deber, que consiste en
defender a su familia y a sus conciudadanos del terrible asaltante. Nadie duda
de que Héctor es un héroe, un auténtico valiente. Pero ¿es Héctor heroico y
valiente del mismo modo que las termitas-soldado, cuya gesta millones de veces
repetida ningún Homero se ha molestado en contar? ¿No hace Héctor, a fin de
cuentas, lo mismo que cualquiera de las termitas anónimas? ¿Por qué nos parece
su valor más auténtico y más difícil que el de los insectos? ¿Cuál es la
diferencia entre un caso y otro?
Sencillamente, la diferencia
estriba en que las termitas-soldado luchan y mueren porque tienen que hacerlo,
sin poderlo remediar (como la araña que se come a la mosca). Héctor, en cambio,
sale a enfrentarse con Aquiles porque quiere. Las termitas-soldado no pueden
desertar, ni rebelarse, ni remolonear para que otras vayan en su lugar: están
programadas necesariamente por la naturaleza para cumplir su heroica misión. El
caso de Héctor es distinto. Podría decir que está enfermo o que no le da la
gana enfrentarse a alguien más fuerte que él. Quizá sus conciudadanos le
llamasen cobarde y le tuviesen por un caradura o quizá le preguntasen qué otro
plan se le ocurre para frenar a Aquiles, pero es indudable que tiene la
posibilidad de negarse a ser héroe. Por mucha presión que los demás ejerzan
sobre él, siempre podría escaparse de lo que se supone que debe hacer: no está
programado para ser héroe, ningún hombre lo está. De ahí que tenga mérito su
gesto y que Homero cuente su historia con épica emoción. A diferencia de las
termitas, decimos que Héctor es libre y por eso admiramos su valor.
Y así llegamos a la palabra
fundamental de todo este embrollo: libertad. Los animales (y no digamos ya los
minerales o las plantas) no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo
que están programados naturalmente para hacer. No se les puede reprochar que lo
hagan ni aplaudirles por ello porque no saben comportarse de otro modo. Tal
disposición obligatoria les ahorra sin duda muchos quebraderos de cabeza. En
cierta medida, desde luego, los hombres también estamos programados por la
naturaleza. Estamos hechos para beber agua, no lejía, y a pesar de todas
nuestras precauciones debemos morir antes o después. Y de modo menos imperioso
pero parecido, nuestro programa cultural es determinante: nuestro pensamiento
viene condicionado por el lenguaje que le da forma (un lenguaje que se nos
impone desde fuera y que no hemos inventado para nuestro uso personal) y somos
educados en ciertas tradiciones, hábitos, formas de comportamiento, leyendas
... ; en una palabra, que se nos inculcan desde la cunita unas fidelidades y no
otras. Todo ello pesa mucho y hace que seamos bastante previsibles. Por
ejemplo, Héctor, ese del que acabamos de hablar. Su programación natural hacia
que Héctor sintiese necesidad de protección, cobijo y colaboración, beneficios
que mejor o peor encontraba en su ciudad de Troya. También era muy natural que
considerara con afecto a su mujer Andrómaca -que le proporcionaba compañía
placentera- y a su hijito, por el que sentía lazos de apego
biológico-Culturalmente, se sentía parte de Troya Y compartía con los troyanos
la lengua, las costumbres y las tradiciones. Además, desde pequeño le habían
educado para que fuese un buen guerrero al servicio de su ciudad y se le dijo
que la cobardía era algo aborrecible, indigno de un hombre. Si traicionaba a
los suyos, Héctor sabía que se vería despreciado y que le castigarían de uno u
otro modo. De modo que también estaba bastante programado para actuar como lo
hizo, ¿no? Y sin embargo...
Sin embargo, Héctor hubiese
podido decir: ¡a la porra con todo!
Actividad 1
Para esta actividad, es necesario que lleves tus opiniones y argumentos
a un nivel más abstracto. Hablar de “libertad” ha sido uno de los compliques más
grandes a los que se ha enfrentado la humanidad, en los últimos siglos.
Recuerden por ejemplo las guerras que se llevan a cabo en la persecución de los
derechos humanos. Por lo tanto muchachos, ya que vamos a tocar un tema
espinoso, es necesario que sus mentes también se pongan espinosas, a fin de
darle altura y dignidad académica a esta actividad. Para empezar, no olviden
argumentar y exponer las ideas que lo llevan a cada respuesta del siguiente
cuestionario. Tómense su tiempo para formular la respuesta.
1.1
expone
las ideas que presenta el texto. Enúncialas en orden jerárquico.
1.2
Explica según el texto, en que consiste la diferencia
entre los insectos y los hombres.
1.3
¿A qué
llamas tu “ser libre”?
1.4
¿Eres
libre?
1.5
¿La libertad
se puede medir? ¿es posible expresarla en números?
1.6
¿Por
qué una persona condenada a prisión pierde su libertad?
1.7
¿Es
posible que existan personas más libres que otras?
1.8
Consideras
que tu existencia condiciona la libertad de otros? Piensa en algunos ejemplos y
no te límites a la dimensión familiar
1.9
En
que momentos de tu vida has actuado como las termitas soldado (programado)?
1.10
En qué
momento de tu vida has actuado como Héctor?
Clase 3
Actividad 2
A continuación les comparto un resumen de un ensayo que me pareció
conveniente compartir con ustedes. Al final pueden encontrar el link del ensayo
completo, son unas 25 paginitas que fortalecen la discusión que hemos planteado
para esta guía.
2.1 lee con atención el texto, comprende lo que el autor quiere
trasmitir a sus lectores y resúmelo en un texto no superior a una pagina
2.2 enuncia 5 fragmentos del texto que consideres clave para comprender
al autor
2.3 el texto advierte de obstáculos que se presentan frente al concepto
de “libertad”, incluso advierte que no reflexionar constantemente sobre la
libertad contrae riesgos para la democracia. Identifica cuales son los
argumentos del autor y enuméralos
2.4 expresa una opinión argumentada de los siguientes fragmentos
A. Es útil ver a la libertad como una condición social, en la cual las
libertades no son maximizadas sino optimizadas.
b. La gente demanda derechos que estamos más acostumbrados viéndolos
siendo exigidos por niños. Este tipo de comportamiento que vemos, y que parece
ser explicado por una nueva variedad de infantilismo, le resulta familiar a
todos.
.
Entendemos vagamente que la
libertad es una idea desarrollada a partir de las nociones de buen gobierno que
fueron identificadas muy claramente por los griegos (que no eran lo que
actualmente consideramos como liberales cuando discutían la ciudadanía). Sabemos de la discusión entre Platón y
Aristóteles sobre la justicia en las polis, y cómo ésta se desarrolló lentamente
y de manera entrecortada a lo largo del mundo europeo en los siglos
posteriores. Probablemente estaríamos de acuerdo en que con la Ilustración
Europea esta idea alcanzó un grado de definición que no ha necesitado de muchas
mejoras desde entonces. Leemos a nuestros Kant, Spinoza, Leibniz, Locke y Hume
(o al menos extractos de sus escritos y glosas sobre ellos ). Estos pensadores,
especialmente alemanes e “ingleses”, argumentaban a través de los fundamentos
morales de la idea, e imaginaban los tipos de estados y constituciones que
mejor la consagrarían. En Francia y Estados Unidos, la idea fue consagrada en constituciones
escritas.
La libertad como una condición
social
Es útil ver a la libertad como una condición
social, en la cual las libertades no son maximizadas sino optimizadas. De
hecho, la sociedad y los individuos disfrutan la libertad debido a que la gente
ha acordado reducir sus propias libertades. Esto lo hacemos a una gran escala,
como lo hubiera indicado Jeremy Bentham: él pensaba que la idea liberal
convencional sobre la libertad era “un absurdo sobre zancos”. No tenemos la
libertad de ser vagos (la sociedad insiste en que intentemos ser solventes), y
no tenemos la libertad de ser ignorantes (la sociedad ha hecho obligatoria la educación).
Podría decirse que la sociedad nos impone una enorme tiranía invisible: El
post-modernismo indica que somos culturalizados, nuestras propias imaginaciones
son indoctrinadas-. Definitivamente la libertad no es algo que pueda ser
maximizado, al menos no por las personas que gozan de ella. Es un bien
profundo, pero no es uno que algún individuo pueda buscar aumentarlo
infinitamente para sí mismo. En otras palabras, aunque sólo las personas puedan
tener la libertad, ésta es intensamente un bien social. Montesquieu escribió
que “La libertad es un derecho de hacer cualquier cosa que las leyes permitan:
y si un ciudadano pudiera hacer las que prohíben, él ya no sería un poseedor de
la libertad, ya que sus conciudadanos tendrían el mismo poder”. Una sociedad
podría plausiblemente aspirar a maximizar la cantidad de libertad que disfrutan
la totalidad de sus ciudadanos, pero sólo podría buscar optimizar la cantidad
de libertad que disfruta cada individuo.
Sin embargo, la libertad no es un
juego de suma-cero. No necesitamos ser mercantilistas al respecto. No es como
si se tratara de un pastel definido de libertad el cual estamos tratando de
distribuir equitativamente dentro de las sociedades. El que yo tenga más
libertad no depende de que Usted tenga menos. Las cosas no son exactamente así.
No obstante, es cierto que yo tengo libertad únicamente porque otros no están
ejerciendo sus libertades. La gente alrededor mío disfruta de la libertad sólo
porque yo renuncio a las mías. La “libertad” expresa simultáneamente libertades
y restricciones.
Aquí observamos uno de los
grandes problemas interesantes de la libertad. Es una idea escurridiza y
difícil que a pesar de todo debe ser definida. La gente realiza demandas
acaloradas por su derecho a ejercer esta o aquella libertad muy detallada, y
otros disputan demandas con la misma pasión. En resumen, se deben realizar
adjudicaciones en aquellas situaciones donde la gente no puede ponerse de
acuerdo en diferir sobre un derecho vagamente definido a ejercer alguna libertad.
La libertad es a la vez un área de operaciones muy vaga y muy precisa. De
hecho, debemos ver que la libertad es una palabra de propósitos competitivos.
Pero las democracias
representativas modernas —aún cuando es difícil imaginarse un sistema de gobierno
más benevolente— son extraordinariamente invasoras. Confieren derechos y los
anulan a una gran escala todos los días. Un día uno puede pegarle a su hijo, al
otro no; un día uno puede fumar en un restaurante, al siguiente no; un día un
feto tiene el derecho a la vida, al otro no; un día se presentan cargos contra
uno por ayudar a un familiar anciano a morir, al siguiente no; en un momento
dado la madre divorciada es la llamada a controlar el destino de su hijo, luego
es el padre ausente el que comparte la patria potestad. Los derechos resultan
ser desconcertantemente fluidos. Son arrastrados por nuestras ideas de
progreso.
La libertad y la persona moderna
Las personas modernas tienen acceso inmediato
a muchas cosas, y sienten que la sociedad los apoyará cuando presionan por
estas demandas. Ellos sienten que la sociedad corregirá cualquier desventaja
que la naturaleza les imponga, ya sea estupidez, alguna discapacidad, o
simplemente ser inútil por naturaleza. Los sistemas de salud, educación y de
asistencia social existen para brindarle a la gente lo que ellos no podrían facilitarse a sí mismos.
Hasta este punto, la gente siente que ellos tienen el derecho a no alcanzar su
propio bienestar por ellos mismos. Están en libertad de fallar, y aún así que
alguien los cuide. “Este es un país libre” significa que uno es libre de no
esforzarse, y que el resto de la sociedad está obligada a ayudar. Eso quiere
decir, por supuesto, que yo soy libre de fracasar, pero que Usted no es libre
de ignorar mi sufrimiento.
No todos somos liberales
Algunas sociedades prefieren el orden y otras
la libertad. Esto parece suficientemente obvio, pero requiere de cierta
inspección. Aún más, el orden viene en formas contradictorias. Puede
equipararse con la ausencia de violencia callejera (lo cual puede ser
compatible con un Estado que es muy violento con los transgresores). También
puede identificarse con normas sociales muy civilizadas (con castigos severos,
pero no necesariamente violentos, sobre los que no cumplen las reglas).
Algunos ejemplos Generalmente se acepta que
Singapur es un lugar bastante agradable y moderno. Y está considerablemente
libre de violencia. Pero hay un amplio grado de censura formal, y aún más
auto-censura por parte de los ciudadanos. Es un lugar ordenado. También podría
decirse que uno es mucho más libre en Colombia, donde la vida es más relajada.
Pero en ese país hay un nivel de violencia que es socialmente paralizante.
Tomando otro ejemplo: en Francia, discutir y disentir es tolerado, incluso
apreciado, pero las normas de comportamiento social están bien establecidas y
son ampliamente observadas. Los franceses se enorgullecen por su terquedad y
autoestima. Aún así, para los extranjeros resultan ser muy encadenados a las
normas, más aún con su acogida del poder estatal. En Estados Unidos existe el
mismo nivel de disensión que en Francia, pero hay más libertad y una variedad
más amplia de normas sociales. Sin embargo, en Francia la gente no es
“políticamente correcta” (uno es libre de ser grosero acerca de cualquier tipo
de minoría), mientras que en Estados Unidos es recomendable ser muy cuidadoso
en la manera en que uno se expresa.
El infantilismo moderno
La gente moderna es exigente y
malhumorada es un sentido particular. La característica más peculiar de esto
son los malos modales modernos. La gente demanda derechos que estamos más
acostumbrados viéndolos siendo exigidos por niños. Este tipo de comportamiento
que vemos, y que parece ser explicado por una nueva variedad de infantilismo,
le resulta familiar a todos. Es observable en el mal carácter de los
conductores, pero también lo vemos en la forma de una nueva impaciencia en
muchas otras circunstancias, de los supermercados a las oficinas. Predomina en
los trenes y en los cines, cuando vemos a adultos comportándose igual de mal
que los niños. Parecen estar en menor capacidad que generaciones anteriores de
controlar sus impulsos o su egoísmo. Esperan una recompensa inmediata para sus
antojos. Al igual que los niños, buscamos culpar a otros por las circunstancias
que podrían ser responsabilidad nuestra, o de nadie más.
Link
https://fnst.org/sites/default/files/uploads/2017/09/06/textolibertadnorth.pdf
Clase 4
Actividad 3.
Vamos a reflexionar
A continuación te presento una serie de imágenes, frente a las cuales deberás
dar una opinión, la que se te venga a la cabeza. Recuerda que estamos conceptualizando,
la LIBERTAD
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